En el año 2007
Polinizaciones inicia con muchas expectativas sobre su propósito de brindar
apoyo al desarrollo y manejo de medios para unos jóvenes Wayuu en la
ciudad de Riohacha, La Guajira, Colombia que se organizaron a raíz de los
hechos de Bahía Portete en el año 2004.
Desde entonces hemos tenido varios retornos a La Guajira acompañados de diferentes personas y grupos del pueblo Wayuu. Ha sido una diversidad de experiencias que nos ha enseñado mucho a lo largo de nuestro vuelo polinizador que con el tiempo nos han ayudado en mejorar nuestra labor de compartir, aprender, articular y fortalecer diversas experiencias de defensa territorial por medio del arte, cultura, comunicación y la lúdica.
En esta visita queríamos acercarnos de nuevo a una comunidad en el sur de La Guajira que pudimos visitar en una ocasión hace unos año pero por problemas de amenazas a personas de comunidades denunciando la explotación de la minería de carbón no se pudo visitar en esta ocasión. Queda pendiente el poder volver.
En esta ocasión pudimos conocer un poco más del trabajo de la organización Yanama que tiene una trayectoria larga de estar desarrollando la educación bilingüe (castellano-wayunnaiki) e intercultural para la niñez y juventud Wayuu en todo el departamento de La Guajira. La Organización Indígena de La Guajira Yanama, se fundó en el año de 1.975 con el propósito es construir un modelo político, social, educativo y cultural que despierte e impulse de forma colectiva, el desarrollo de las comunidades indígenas del Departamento de La Guajira.
En el campo educativo, Yanama diseñó e implementó en la década de los años 80, el programa de Educación Intercultural Bilingüe, uno de las primeras propuestas en el país en la construcción e implementación de procesos educativos pertinentes para pueblos indígenas. Actualmente con el Plan de Formación y Capacitación para docentes y autoridades tradicionales, se busca fortalecer el que hacer pedagógico del dinamizador de aula, teniendo como ejes transversales fundamentales: la investigación, la pedagogía propia, la cultura y el idioma del pueblo Wayuu.
Yanama también tiene un campo de trabajo en la Comunicación propia e intercultural y como integrante de la Red de Comunicación del Pueblo Wayuu Pütchimaajana acompañó la primera experiencia de la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu junto a Fuerza de Mujeres Wayuu entre otras organizaciones que conforman la mencionada Red.
En esta ocasión pudimos visitar al Internado Indígena Akua´ipa en el Municipio de Albania administrado por Yanama. Este Internado fue construido por la mega-mina de carbón el Cerrejon y se supone que debería contar con ciertas infraestructuras como centro educativo, aunque los profesores y la administración del colegio adelantan el mejor trabajo que pueden, es una lucha constante para que la empresa ayude con cosas como el transporte, alimentación y actualmente el internado no tiene internet.
En una presentación que hicimos con los estudiantes de once grado se socializó Mesoamérica Resiste y brevemente el Verdadero Costo del Carbón. Como hay estudiantes Wayuu de toda La Guajira y el internado está cerca de la ferroviaria que saca el carbón, la gran mayoría conocían muy bien las problemáticas de la minería de carbón y también otros conceptos como la escena de turismo.
Aunque todxs detalladamente escuchaba las explicación fueron uno que otra persona que se animaba a tomar la palabra y relatar con excelencia de cómo estaban viviendo esas realidades en su territorio. Durante el taller varios estudiantes nos ayudaban aprender los nombres de ciertos animales en wayuunaiki por ejemplo; erü es perro, musa es gato, puulikü es burro, uyaala es venado y ya sabíamos que jeyuu es hormiga y wunuu’ain es abeja.
Unas cosas suceden cuando tienen que suceder. Llevamos años polinizando y conociendo La Guajira, y aunque hay personas de todo el mundo que vienen a este territorio con el propósito explícito de ir a lugares como el Cabo de la Vela, las salinas de Manaure, el Santuario de Flamencos y la Serranía de Macuira nosotras realmente nunca hemos tenido el momento de ir a conocer estos lugares que son sitios sagrados no son simples destinos turísticos. Pues finalmente en esta ocasión se nos presentó la oportunidad de ir a conocer al Cabo de la Vela.
Más bien conocido como Jepira, el Cabo de la Vela según la cosmovisión Wayuu es donde todos los espíritus de lxs muertos viajan para ir a lo que espera los humanos después de la muerte. Jepira es la “casa de los Wayuu muertos”. Hace unos 25-30 años Jepira no era una atracción turística, no llegaba nadie de afuera, vivían pocas familias Wayuu, no había agua dulce y las pocas personas vivían de sus chivos y la pesca. Hasta las personas de los clanes a quienes les pertenece este territorio, la mayoría andaban en Bahía Portete ya que allí había trabajo cargando y desencargando los buques que traían y llevaban mercancía sobre todo en la apertura económica de los años 90.
Hoy en día el Cabo de la Vela es la gran atracción turística de La Guajira que está haciendo azotado por grandes cantidades de turistas que están llegando muchas veces con poca importancia de como su llegada a este territorio lejano con cultura propia y de ecosistema sensible puede ser perjudicado por su presencia. A raíz que el lugar se volvió turístico todo tipo de persona, Wayuu y no-Wayuu, que no son de allí han llegado para abrir sus hoteles y negocios.
Como Jepira es parte del territorio Wayuu es un territorio que pertenece a ciertos clanes y familias, estos derechos territoriales no solamente son pisoteados por otras personas que llegan queriendo generar su propio ingreso pero son completamente desconocidos por empresas hoteleras y los funcionarios públicos que promueven el gran desarrollo turístico en estas zonas que llevan a cabo el desplazamiento forzoso de las comunidades originarias.
No falta que una gran cantidad de personas en estas zonas vulnerables traen mucha basura, generan mucho ruido, se tiene que traer toda el agua que consumen y su presencia elevada perjudica a los hábitos de los animales, las plantas e incrementa la erosión de los suelos.
Mientras nuestra estadía en Jepira tuvimos el privilegio de quedarnos en la Rancheria Utta, un hotel administrado por una familia de uno de los Clanes originarios de Jepira. Rancheria Utta es el resultado de años de trabajo y esfuerzo para crear una alternativa de etno.turismo guiados por la voz de los mayores que marcan el camino. Utta es un proyecto completamente indígena y todas las personas quienes laboran allí son nativos que conservan su lengua, cultura y costumbres.
En toda la área de Utta y en los recorridos ellos ofrecen a los visitantes se pide que se respeta normas como; no tirar basura y llevársela cuando se van, no comprar o consumir productos de animales nativos sobre todo los que están en vía de extinción como la tortuga marina y también no acampar en los cerros sobre Kaimachi (pilón de azucar), el Lojou (ojo de agua) y el faro ya que son sitios sagrados y de ecosistemas sensibles.
Uno no esperaría que mostrar el telón de Mesoamérica Resiste con sus críticas muy fuertes al tema del turismo en un espacio lleno de turistas sería lo más apropiado, sino con permiso de nuestrxs amigxs de Utta, lo arriesgamos. El resultado fue muy bonito, una mezcla de personas de todas partes visitando este territorio tan importante y las personas habitantes propias de la región escuchando, compartiendo y valorando el trabajo. Todas las personas tuvieron mucha sensibilidad y reflexión con los temas y se generó una conversación interesante que nos llevó a trasnochar un poco.
La Guajira, es un territorio grande y amplio de un pueblo, de una nación, Wayuu, sin embargo la diversidad de personas, experiencias, ecosistemas y paisajes lleva que cada vez que estas wunuu’ain (abeja) viene por estos lados, nos vamos con nuevas experiencias y conocimientos, reflexiones y transformaciones. Como siempre, el tiempo es muy corto y quedamos con el compromiso de volver a compartir con todxs los amigxs que hemos regado por este territorio de esta y otras visitas. Ya van siete años desde las abejitas comenzamos este rumbo y las personas Wayuu, el territorio y sus habitantes no humanas siguen siendo una inspiración para nuestras polinizaciones, hasta la próxima.
PD—Le queremos recordar a los estudiantes del grado 11 del Internado Indígena Akua´ipa, que quedamos pendientes en volver a compartir y trabajar más con ustedes si logran la traducción de la cartilla narrativa de “Mesoamérica Resiste” del castellano al wayuunaiki. Si nos tienen preguntas nos pueden contactar por medio de polinizaciones@gmail.com.
Desde entonces hemos tenido varios retornos a La Guajira acompañados de diferentes personas y grupos del pueblo Wayuu. Ha sido una diversidad de experiencias que nos ha enseñado mucho a lo largo de nuestro vuelo polinizador que con el tiempo nos han ayudado en mejorar nuestra labor de compartir, aprender, articular y fortalecer diversas experiencias de defensa territorial por medio del arte, cultura, comunicación y la lúdica.
En esta visita queríamos acercarnos de nuevo a una comunidad en el sur de La Guajira que pudimos visitar en una ocasión hace unos año pero por problemas de amenazas a personas de comunidades denunciando la explotación de la minería de carbón no se pudo visitar en esta ocasión. Queda pendiente el poder volver.
En esta ocasión pudimos conocer un poco más del trabajo de la organización Yanama que tiene una trayectoria larga de estar desarrollando la educación bilingüe (castellano-wayunnaiki) e intercultural para la niñez y juventud Wayuu en todo el departamento de La Guajira. La Organización Indígena de La Guajira Yanama, se fundó en el año de 1.975 con el propósito es construir un modelo político, social, educativo y cultural que despierte e impulse de forma colectiva, el desarrollo de las comunidades indígenas del Departamento de La Guajira.
En el campo educativo, Yanama diseñó e implementó en la década de los años 80, el programa de Educación Intercultural Bilingüe, uno de las primeras propuestas en el país en la construcción e implementación de procesos educativos pertinentes para pueblos indígenas. Actualmente con el Plan de Formación y Capacitación para docentes y autoridades tradicionales, se busca fortalecer el que hacer pedagógico del dinamizador de aula, teniendo como ejes transversales fundamentales: la investigación, la pedagogía propia, la cultura y el idioma del pueblo Wayuu.
Yanama también tiene un campo de trabajo en la Comunicación propia e intercultural y como integrante de la Red de Comunicación del Pueblo Wayuu Pütchimaajana acompañó la primera experiencia de la Escuela de Comunicaciones del Pueblo Wayuu junto a Fuerza de Mujeres Wayuu entre otras organizaciones que conforman la mencionada Red.
En esta ocasión pudimos visitar al Internado Indígena Akua´ipa en el Municipio de Albania administrado por Yanama. Este Internado fue construido por la mega-mina de carbón el Cerrejon y se supone que debería contar con ciertas infraestructuras como centro educativo, aunque los profesores y la administración del colegio adelantan el mejor trabajo que pueden, es una lucha constante para que la empresa ayude con cosas como el transporte, alimentación y actualmente el internado no tiene internet.
En una presentación que hicimos con los estudiantes de once grado se socializó Mesoamérica Resiste y brevemente el Verdadero Costo del Carbón. Como hay estudiantes Wayuu de toda La Guajira y el internado está cerca de la ferroviaria que saca el carbón, la gran mayoría conocían muy bien las problemáticas de la minería de carbón y también otros conceptos como la escena de turismo.
Aunque todxs detalladamente escuchaba las explicación fueron uno que otra persona que se animaba a tomar la palabra y relatar con excelencia de cómo estaban viviendo esas realidades en su territorio. Durante el taller varios estudiantes nos ayudaban aprender los nombres de ciertos animales en wayuunaiki por ejemplo; erü es perro, musa es gato, puulikü es burro, uyaala es venado y ya sabíamos que jeyuu es hormiga y wunuu’ain es abeja.
Unas cosas suceden cuando tienen que suceder. Llevamos años polinizando y conociendo La Guajira, y aunque hay personas de todo el mundo que vienen a este territorio con el propósito explícito de ir a lugares como el Cabo de la Vela, las salinas de Manaure, el Santuario de Flamencos y la Serranía de Macuira nosotras realmente nunca hemos tenido el momento de ir a conocer estos lugares que son sitios sagrados no son simples destinos turísticos. Pues finalmente en esta ocasión se nos presentó la oportunidad de ir a conocer al Cabo de la Vela.
Más bien conocido como Jepira, el Cabo de la Vela según la cosmovisión Wayuu es donde todos los espíritus de lxs muertos viajan para ir a lo que espera los humanos después de la muerte. Jepira es la “casa de los Wayuu muertos”. Hace unos 25-30 años Jepira no era una atracción turística, no llegaba nadie de afuera, vivían pocas familias Wayuu, no había agua dulce y las pocas personas vivían de sus chivos y la pesca. Hasta las personas de los clanes a quienes les pertenece este territorio, la mayoría andaban en Bahía Portete ya que allí había trabajo cargando y desencargando los buques que traían y llevaban mercancía sobre todo en la apertura económica de los años 90.
Hoy en día el Cabo de la Vela es la gran atracción turística de La Guajira que está haciendo azotado por grandes cantidades de turistas que están llegando muchas veces con poca importancia de como su llegada a este territorio lejano con cultura propia y de ecosistema sensible puede ser perjudicado por su presencia. A raíz que el lugar se volvió turístico todo tipo de persona, Wayuu y no-Wayuu, que no son de allí han llegado para abrir sus hoteles y negocios.
Como Jepira es parte del territorio Wayuu es un territorio que pertenece a ciertos clanes y familias, estos derechos territoriales no solamente son pisoteados por otras personas que llegan queriendo generar su propio ingreso pero son completamente desconocidos por empresas hoteleras y los funcionarios públicos que promueven el gran desarrollo turístico en estas zonas que llevan a cabo el desplazamiento forzoso de las comunidades originarias.
No falta que una gran cantidad de personas en estas zonas vulnerables traen mucha basura, generan mucho ruido, se tiene que traer toda el agua que consumen y su presencia elevada perjudica a los hábitos de los animales, las plantas e incrementa la erosión de los suelos.
Mientras nuestra estadía en Jepira tuvimos el privilegio de quedarnos en la Rancheria Utta, un hotel administrado por una familia de uno de los Clanes originarios de Jepira. Rancheria Utta es el resultado de años de trabajo y esfuerzo para crear una alternativa de etno.turismo guiados por la voz de los mayores que marcan el camino. Utta es un proyecto completamente indígena y todas las personas quienes laboran allí son nativos que conservan su lengua, cultura y costumbres.
En toda la área de Utta y en los recorridos ellos ofrecen a los visitantes se pide que se respeta normas como; no tirar basura y llevársela cuando se van, no comprar o consumir productos de animales nativos sobre todo los que están en vía de extinción como la tortuga marina y también no acampar en los cerros sobre Kaimachi (pilón de azucar), el Lojou (ojo de agua) y el faro ya que son sitios sagrados y de ecosistemas sensibles.
Uno no esperaría que mostrar el telón de Mesoamérica Resiste con sus críticas muy fuertes al tema del turismo en un espacio lleno de turistas sería lo más apropiado, sino con permiso de nuestrxs amigxs de Utta, lo arriesgamos. El resultado fue muy bonito, una mezcla de personas de todas partes visitando este territorio tan importante y las personas habitantes propias de la región escuchando, compartiendo y valorando el trabajo. Todas las personas tuvieron mucha sensibilidad y reflexión con los temas y se generó una conversación interesante que nos llevó a trasnochar un poco.
La Guajira, es un territorio grande y amplio de un pueblo, de una nación, Wayuu, sin embargo la diversidad de personas, experiencias, ecosistemas y paisajes lleva que cada vez que estas wunuu’ain (abeja) viene por estos lados, nos vamos con nuevas experiencias y conocimientos, reflexiones y transformaciones. Como siempre, el tiempo es muy corto y quedamos con el compromiso de volver a compartir con todxs los amigxs que hemos regado por este territorio de esta y otras visitas. Ya van siete años desde las abejitas comenzamos este rumbo y las personas Wayuu, el territorio y sus habitantes no humanas siguen siendo una inspiración para nuestras polinizaciones, hasta la próxima.
PD—Le queremos recordar a los estudiantes del grado 11 del Internado Indígena Akua´ipa, que quedamos pendientes en volver a compartir y trabajar más con ustedes si logran la traducción de la cartilla narrativa de “Mesoamérica Resiste” del castellano al wayuunaiki. Si nos tienen preguntas nos pueden contactar por medio de polinizaciones@gmail.com.
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