Ya han pasado más de cuatro meses desde que los Afectados
por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo (ASOQUIBMO) iniciaron liberaciones de
tierras no destinadas a ser inundadas, de propiedad de Emgesa-Endesa-Enel, la empresa constructora de la represa. Las liberaciones de las fincas comenzaron con
predios en el Municipio de Altamira, pero al poco tiempo ocurrieron también
liberaciones exitosas en fincas de Garzón, como las de Santiago y Palacios. En
todas las fincas liberadas se encuentran familias campesinas afectadas por el
P.H. El Quimbo, trabajando las tierras y cultivando maíz, plátano, yuca, fríjol, ahuyama y practicando la ganadería.
A pesar de que la empresa y la Autoridad Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA) han hecho todo lo posible por no cumplir con la
Licencia Ambiental, ni por respetar los fallos recientes de la Procuraduría
Nacional a favor de las comunidades afectadas, las liberaciones de tierras por
parte de los afectados por este mega-proyecto satisfacen una obligación de la
empresa misma, que es la de “restablecer y restituir legal y legítimamente la
actividad productiva, la seguridad alimentaria y el derecho al trabajo y una
vida digna” a toda la población de la zona. Las liberaciones de tierras no son invasiones, más bien son las acciones necesarias para
garantizar una vida digna para la población afectada y la soberanía alimentaria
para toda la región, como está reconocido en la licencia ambiental.
En junio la INCANH (Instituto Colombiano de Antropología e Historia), que antes había sancionado a
Emgesa-Endesa-Enel por la destrucción de
piezas arqueológicas, decidió que la empresa es ahora la entidad responsable de
crear un museo dentro de la zona de afectación del Quimbo, con lo que debe hacerse
cargo de los restos de los ancestros de la población afectada. Entre
tanto, la empresa contactó a arqueólogos de la Universidad
Nacional de Bogotá para realizar estudios arqueológicos en distintas regiones
del Quimbo. ASOQUIMBO rechazó esta iniciativa de inmediato, y Jaguos
por el Territorio documentó a los arqueólogos durante sus estudios en La
Jagua, mientras saqueaban huesos humanos y cerámicas de las tumbas que iban
encontrando. En una reunión de socialización con la comunidad de La Jagua, los
arqueólogos y un oficial de la empresa se refirieron a los restos como
“basura”, y confirmaron que tienen
planeado destruir los petroglifos de la zona de los zanjones con la idea de
crear una réplica, lo cual sería un insulto al patrimonio ancestral del
territorio.
Del 8-11 de octubre se realizará el Encuentro
y Movilización Internacional por otro Modelo Energético en Neiva y en la
zona de afectación. El foco de este
encuentro internacional es la reflexión y el diálogo sobre el
neocolonialismo corporativo y la
necesidad de construir un Modelo Energético
Alternativo “de-centralizado y
eficiente basado en plantas de energía renovable de pequeña escala que acerquen
la generación de energía al consumo, que garantice la participación efectiva de
las comunidades locales en la toma de decisiones, de planificación y gestión y
que no perjudique la salud de las personas y del medio ambiente”. El Encuentro
contará con la participación de delegados de Europa, Centro y Sur América y de
otros lugares afectados por la construcción de grandes represas.
Hace unos meses se anunció que en agosto iba el Paro
Nacional Agrario, al cual ASOQUIMBO
se sumó. Los Huilenses no sólo hemos salido a protestar y manifestarnos en contra
de los atropellos de Emgesa-Endesa-Enel, si no también reclamando los
incumplimientos por parte del gobierno nacional a los Cafeteros a raíz del Paro
de comienzo de año, en contra de la privatización de las semillas por medio de
la resolución 9.70
como parte del Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. con Colombia que ya ha
tenido un impacto devastador entre los arroceros de Campoalegre, en contra de
los abusos de otras empresas transnacionales en el Huila, como la petrolera
Emerald Energy en los Municipios de Gigante y Garzón, y en descontento con la
empresa Hydrochina, a quien se le otorgó en concesión el Río Grande de la
Magdalena en su totalidad como parte del Plan Maestro de Aprovechamiento del
río Magdalena. Aunque el Huila ha sido reportado como poco activo en este paro, la verdad es que si ha habido movimiento. En Hobo en el
cruce de Algeciras, 3 mil campesinos
bloquearon la vía cuando la policía y el ejército atacaron a las personas resultando
en varias personas heridas.
El 20 de agosto los pescadores,
las pescadoras y sus familias enteras vinieron del embalse de Betania (de
Hobo, Campoalegre y Yaguará), tomándose la Alcaldía del Hobo con canoas y
atarrayas para exigir sus derechos. Hace un año la Controlaría falló en favor
de los pescadores para que fueran incluidos como afectados en un nuevo censo de
la empresa, ya que no fueron incluidos inicialmente. Hasta el día de hoy, la
empresa no hecho nada para reconocer a las personas que dependen de la pesca en
el embalse de Betania. El pescador Julio Cleves Cuellar explicó que “con la
construcción de la represa de El Quimbo, con la constante mancha de aceite,
gasolina, petróleo, grasas, los químicos de aligeramiento para empastar el
cemento de los muros, con la tala de bosques,
han contaminado el río. La mayoría de peces murieron".
Aunque zonas del país como Boyacá, Cauca y Nariño han
salido en su totalidad desde el 19 de agosto, el Huila se ha demorado salir en
una gran parte por la indecisión de los cafeteros que ya anunciaron que salían este sábado. Lo que es
cierto es que entre los intereses energéticos y las políticas extractivas, entre la agro-industria y la militarización,
ya no va a haber Huila para los Huilenses. Ya no es una cuestión de querer
salir al paro, si no que el Estado no nos deja otra opción. Se ha convertido en una
responsabilidad salir al paro si se pretende intentar salvar un territorio que
puede proveer una vida digna para nosotr@s y nuestras futuras generaciones.