El miércoles 9 de mayo un representante de Salva la Selva
entregó en la embajada colombiana en Berlin las 38.500 firmas que
recogimos difundiendo la protesta en 5 idiomas través de la web
http://www.salvalaselva.org.
Con las firmas en la mano, confrontamos al embajador Juan Mayr
Maldonado con los argumentos de la población en contra de la mega
represa, y le exigimos la inmediata cancelación del proyecto que se
estaría llevado a cabo con capitales de la transnacional hispano
italiana Endesa-Enel.
De acuerdo a las continuas denuncias de la población afectada, El
Quimbo tendrá un impacto irreversible sobre la hidrodinámica del rio
Magdalena y arrasará con el equilibrio ecológico del Huila.
El caso de
presas como El Quimbo viene cargado de despojo de los bienes y los
recursos naturales renovables y no renovables de uso común de las
comunidades indígenas y campesinas. El proyecto implica restricciones en
la pesca artesanal y pérdida de agricultura tradicional de los terrenos
aluviales, así como el libre uso y acceso al río. Trae además
violencia, desplazamiento forzado y desempleo. Ya se ha observado
alteración en la actividad pesquera, de la calidad del agua y de las
prácticas culturales ancestrales. Sumado a la alteración del uso de
suelos, generación de residuos producto de excavaciones, pérdida, y
reducción de la vegetación, alteración del entorno y desequilibrio del
ecosistema. Preocupan también, los altos riesgos de fallas geotécnicas como los deslizamientos de tierra y terremotos.
El actual embajador en
Alemania, que anteriormente ha ejercido el cargo de Ministro de Medio
Ambiente en Colombia, nos transmitió que el actual ministro del ambiente
desea ser más estricto con las evaluaciones ambientales de los
proyectos. También en el caso de El Quimbo.
Según el Ministerio de Ambiente son 31 los proyectos hidroeléctricos a
la espera de una licencia ambiental en Colombia. Mientras, para el
representante del Movimiento Colombiano en Defensa de los Territorios y
de los Afectados por Represas, Ríos Vivos, Juan Pablo Soler las represas son sinónimo de pérdida de soberanía, degradación ambiental y vulneración cultural.
Por su parte, desde la asociación de afectados por la represa El Quimbo
ASOQUIMBO, sostienen que “la producción de Energía Hidráulica no es ni
renovable, ni limpia y resulta costosa”. Y defienden por esta razón
desde el principio la creación de una Reserva Campesina Agroalimentaria
como alternativa a este megaproyecto hidroeléctrico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario