La Escalereta no es una comunidad muy antigua. Hace más o menos 40 años las primeras siete familias se asentaron a la orilla del río Magdalena un poco más arriba del puente del Balceadero que conecta Garzón con el Agrado. A los pocos años llegaron más familias que conjuntamente crearon la comunidad de la Escalereta. Desde el comienzo fue una lucha en todo el sentido de la palabra para las personas de la comunidad crear lo que querían para sus familias. El primer sistema de riego en esta zona del Huila lo hicieron las mismas personas de la comunidad echando pala, sudando y levantando el dinero necesario para las bombas y la otra maquinaria para sacar el agua del río que se usa para los cultivos de cacao, papaya, tabaco, sorgo y maíz. Del mismo modo, las casas, los tractores, la escuela, todo en su comienzo fue hecho y conseguido por la autogestión de los habitantes que crearon la comunidad. Lo que es la Escalereta hoy en día se hizo del propio sudor y lucha de esas primeras generaciones de personas que fundaron y levantaron la comunidad, de abajo hacia arriba. Durante un tiempo el territorio de la Escalereta fue manejado por una empresa comunitaria que era de todos y las tierras, aunque parceladas, eran colectivas. Pero con el tiempo, y seguro por consecuencia de influencias externas como el individualismo, la empresa se terminó. Una mayor se lamentó frente a nosotros acerca de lo bonito que era antes cuando la comunidad era una empresa colectiva y todos trabajaban juntos y existía un verdadero sentimiento comunitario. Sin embargo, vimos que muchas de esas ideas y actitudes cooperativas y de trabajo comunitario, en minga, se mantienen en esas tierras donde se cultivan maíz y cacao. Como se ve, la comunidad de la Escalereta se formó sin la gestión o la presencia del Estado.
La nutria pudo llegar a la Escalereta como acompañante de este proceso por medio de los compañeros de Plataforma Sur. En un principio, la idea era sólo escuchar las historias, las experiencias, las luchas, sueños y esperanzas de los distintos animales que conforman la comunidad, pero en la Jagua y en la Escalereta, la nutria pudo exponer y compartir el telón de la obra de Plan Colombia con las personas mayores y unos pocos niños y jóvenes. La reacción fue increíblemente positiva y acogedora hacia nuestro trabajo. Por medio de ese espacio creado muchxs de lxs habitantes compartieron juntos por un momento. Una mayor de la comunidad que también se opone a la represa del Quimbo, nos expresó que ella se ha sentido humillada por la forma como le han hablado las personas de la empresa, algunos gobernantes e incluso personas de la comunidad; es como si sus pensamientos y sus deseos no fueran de importancia para las personas que han venido a hablar del proyecto. A la nutria esto le da rabia. Cómo es posible que personas de afuera vengan a la comunidad con un discurso exclusivista adquirido por medio de sus estudios formales y puestos estatales o empresariales, y humillen a la población campesina haciéndoles sentir que no saben nada, que son ignorantes y brutos. Pero también, a la nutria le da tristeza ver como mucha gente campesina termina interiorizando este arribismo y también de cómo nos olvidamos de la importancia y respeto que se debería tener para con nuestros mayores, especialmente con esos que se mantienen en contacto con la tierra. En este espacio la nutria le dio mucha importancia a resaltar que aquí no hay brutos ni ignorantes; lo que hay es una población diversa que aprende de distintas maneras y que tienen sus propios conocimientos provenientes de la experiencia propia y no la universidad lo que no los hace de menor valor o de menor nivel intelectual o importancia.
El día siguiente del taller, la nutria salió con un compañero de la comunidad a caminar por la orilla del río para ver la bomba donde sacan el agua y el canal principal del distrito de riego donde están los cultivos en las parcelas de cada familia. También vimos las banderas blancas y rojas por todas partes. Remplazando las banderas que también vimos en la Jagua y en distintas partes de la caminata, había mojones de concreto con pequeñas placas metálicas de Emgesa nombrando la tierra como proyecto el Quimbo. Aunque muchas personas no pasan por el caserío y las pocas que han llegado a conocerlo no saben mucho de él, todavía puede verse en los cultivos, las casas, las manos, ojos y las palabras de los mayores, que esta comunidad se hizo por la lucha crear algo mejor y salir adelante.
Desafortunadamente, esa visión del algo mejor para todos ha ido cambiando. Muchos piensan en algo mejor para ellos y no para los demás y no existe un consenso sobre lo que debe ser considerado como mejor. Algunos de los animales que no tienen parcelas para cultivar, ya sea porque las vendieron o porque llegaron después, se han “volteado”, es decir, se han vendido a la empresa y a los gobernantes buscando el beneficio de sus intereses económicos personales por encima del derecho de autodeterminación de la comunidad entera. En estos momentos cuando es más necesaria que nunca la unión de la comunidad, la empresa busca dividir a sus integrantes para así poder pasar por encima de ella. Además de los mayores que crearon esta comunidad y de unos hijos listos para vender la tierra y dejarla en el olvido, también se reconoce que la Escalereta no ha perdido sus raíces de lucha. En particular hay unas mujeres madres comunitarias, que han estado pendientes de lo que está sucediendo con el proyecto y han estado liderando el proceso de defensa de los derechos de la Escalereta, enfrentándose con semejantes monstruos como Emgesa y el Gobierno Nacional. A estas mujeres las saludamos, las felicitamos y más que nada, les agradecemos por ser las personas que son y por inspirarnos a seguir en esta lucha por la defensa del territorio.
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Although there are many communities that would be buried with the reservoir of Quimbo, it was not possible this time, given the short time we were in the area, to visit them all. As bees, our visits are still pending, hopefully in a not so distant future we hope to exchange with these communities and share more with them. Communities like the Balceadero, San Jose de Belen, Yaguilga, the Cañada, the Pedernal,
The Escalereta is a community that is not very old. About 40 years ago, the first seven families settled on the banks of the
The otter was able to accompany inhabitants of la Escalereta and accompany this process was by means of the compañerxs of Plataforma
The day after the workshop, the otter went with a friend of the community to walk by the river to see where the pump draws water from the river and the main channel of the irrigation district where crops in the family plots are. We saw the white and red flags everywhere. Replacing the flags little y little, such as what we saw in la Jagua and in different parts of the territory, are concrete pillars with small metal plates sticking out of the earth naming the Quimbo project and Emgesa. Although many people do not pass through the village and the few that have come to know do not know much about it, in the crops, houses, hands, eyes and words of the elders, one can still see that this was done by the community struggling to create something better and move ahead.
Unfortunately, this vision of something better for all has been changing. Many think of something better for themselves and not for others and there is no consensus on what should be regarded as better. Some of the animals who have no land to cultivate, because either they sold it or because they came later, have "sold out" to the company and the government seeking interests of personal financial benefits above the right of self determination of the entire community. At this time, when it is most necessary than ever for the community to be united, the company seeks to divide its members in order to step on it. In addition to the elders who created this community and some of their children are ready to sell the land and leave it to oblivion, it is also to be recognized that Escalereta has not lost its roots of struggle. There are some women in particular, community mothers, who have been staying on track on the status of the project and have been leading the defense of the rights of Escalereta and facing off with monsters such as Emgesa and the National Government. We salute these women and congratulate them and most of all thank them for being people they are and for inspiring us in this fight to defend the territory.
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