jueves, febrero 05, 2015

¡Arroyo Bruno somos todos!

Desviar el Arroyo Bruno  es como cortarle las venas a Wounmainkat, nuestra gran madre tierra
-Expresión de una mujer indígena wayuu-

Mujeres y hombres pertenecientes al  pueblo wayuu, organizados desde el  movimiento Fuerza de Mujeres Wayuu,  denunciamos ante la opinión pública nacional e internacional una de las tantas pretensiones de la Empresa transnacional el Cerrejón: EL PROYECTO DE DESVÍO DEL ARROYO BRUNO, UNO DE LOS PRINCIPALES  AFLUENTES DEL RIO RANCHERIA Y EL ÚNICO RÍO CON EL QUE CONTAMOS EN EL DEPARTAMENTO DE LA GUAJIRA.

Hoy ante una realidad oscura,  manifestado desde las voces  de mujeres wayuu que asumen la parte fundamental del equilibro de todo ser wayuu, las sabedoras espirituales Outsu, quienes a través de sus sueños y espíritus, a diario han manifestado grandes preocupaciones al interior de todo un pueblo; basado en un sufrimiento que se interpreta como una de las peores tragedias históricas debido al maltrato permanente que viene generando la empresa transnacional el Cer- rejón y los impactos de la explotación minera a cielo abierto, que de hecho es interpretada como una violación constante a Wounmainkat, nuestra madre tierra; traemos este mensaje:

Este proyecto hace parte de toda una estrategia perversa de la empresa -perteneciente en partes iguales a BHP Billiton plc (Australia), Anglo American plc (Sudáfrica) y Glencore plc (Suiza)-   y sus accionistas, quienes solamente buscan generar ganancias para sus propios bolsillos y mantener el control sobre nuestro territorio y sus bienes naturales bajo el amparo de los países consumidores y su poder económico. Un poder que solamente se traduce en dinero y que ha sido para las y los indígenas wayuu, el causante de sus peores tragedias, ha traído serias implicaciones socioculturales y la ruptura del tejido social de todo un pueblo que ha permanecido históricamente en su territorio ancestral.

En la actualidad, la empresa transnacional El Cerrejón pretende una nueva afectación grave sobre nuestro territorio y recursos, el desvío del Arroyo Bruno, uno de los principales afluentes del rio Ranchería. La gravedad de dicha afectación es muy importante si se tiene en cuenta la situación de sequía que existe en nuestro territorio, y la contaminación y destrucción por remo- ción de los acuíferos que se ha producido como consecuencia de las actividades mineras. El desvío del Arroyo Bruno responde al proyecto de expansión que tiene la mina para el 2015: “(…) Cerrejón continuará con su proyecto de expansión P40, que tiene como objetivo elevar la producción de 32 a 40 millones de toneladas anuales a partir de 2015. Para llevar a cabo este crecimiento se contemplan inversiones de US$1.300 millones (…)” . Este proceso hace parte del proyecto expansivo Nuevas Áreas Mineras (NAM),  el cual propone ampliar los tajos de Oreganal, Tabaco y La Puente. Es de recordar que en el año 2011 la empresa Cerrejón presentó un cuestionable proyecto que tenía como objetivo  explotar carbón que no se podía extraer de otra forma sino desviando el rio Ranchería debido a que en su subsuelo se encontraría una inmensa porción de este mineral en el territorio del departamento de La Guajira. Este proyecto implicaba la explotación en modalidad de cielo abierto de un tajo del río a desviar, de unos 26 kilómetros.

Para continuar con su proyecto de ampliación, ahora la empresa pretende la desviación de múltiples arroyos, como lo son la del Arroyo Bruno, el Arroyo Los Estados y el Arroyo El Salado. De estas desviaciones, la que está actualmente en el debate local y regional es la que se pretende hacer con el Arroyo Bruno. Ubicado entre los municipios de Albania y Maicao al sur del departamento, este arroyo abastece a comunidades indígenas,  afrodescendientes y campesinas de las zonas rurales y urbanas de dichos municipios. Sorprendentemente, en los planes de compensación considerados en el proyecto de desviación del río Ranchería, el Arroyo Bruno se convertía en una de las fuentes más importantes que ayudarían a suplir el desabastecimiento de agua que generaría la monstruosa intervención sobre el río. No contentos con el intento de 2011, el Cerrejón hoy nos presenta un proyecto cuyo impacto es igualmente dañino, no solo en términos ambientales, sino también desde el aspecto de la vida de Woumainkat –madre tierra – dadora de vida en nuestra cosmogonía Wayuu. Un desvío de esta naturaleza, que implica una alteración de 3,7 kilómetros del Arroyo, materializa una violación de nuestros derechos funda- mentales y un impacto irreversible contra lo más sagrado de nuestras relaciones con la vida misma.

Llamamos la atención de las instituciones nacionales, así como de la comunidad internacional, para que no permitan que nuevamente se vulneren los derechos de las comunidades wayuu, afrodescendientes y campesinas que compartimos el territorio y los bienes naturales de La Gua- jira. Ya llevamos sufriendo desde hace 30 años los graves impactos de la actividad minera. Exigimos la realización de procesos de consulta y consentimiento previo, libre e informado de acuerdo a los estándares internacionales, antes de realizar cualquier incidencia sobre el Arroyo Bruno.

Exigimos el respeto de nuestros derechos territoriales reconocidos internacionalmente, y la realización por parte de la empresa minera Cerrejón de un proceso de mitigación y reparación de los impactos negativos que ha generado.

Convocamos a todos los sectores cívicos y populares a que se manifiesten y se unan al clamor del pueblo Wayuu para NO permitir el desvío del ARROYO BRUNO.


¡SÍ A LA VIDA, NO A LA PROLONGADA MUERTE DE WOUMAINKAT!

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